Durante buena parte del S. XX el desarrollo se entendió como crecimiento económico, comercio, instituciones modernas, etc. La idea era que los países subdesarrollados debían seguir el sendero de la modernidad marcado por los países desarrollados. Frente a esta mirada economicista del desarrollo (y también colonialista), han surgido varias propuestas que hablan de un Desarrollo Humano Integral. La Iglesia Católica, a través de su Doctrina Social, ha insistido profusamente, por casi 60 años, en este tema. El desarrollo no puede ser (...) meramente económico, sino que debe mirar la totalidad del ser humano. En relación con esto, las espiritualidades pueden ser un aporte a un Desarrollo Humano Integral que tenga en cuenta la liberación de la opresión, el bien común y la búsqueda de trascendencia. (shrink)

This paper seeks to reflect, from a political philosophy point of view, about the integration possibilities of religion in public sphere –specifically Islam– in plural and democratic societies. In this article, we will confront ideas of Occidental thinkers –such as Rawls, Habermas and Taylor– with Muslim scholars such as Sachedima and An-Na’im.

For most of the twentieth century, spiritual traditions were understood to be a factor in slowing down and retarding the development of societies. Religion and spirituality were associated with traditionalism or conservatism, with maintaining stagnant understandings of society. In the time of post-secularity, the possibility of embracing spiritual traditions to help promote societies’ common good is opening up. The question that arises is how this can be possible and how spiritual traditions can contribute to the common good.